Vida silvestre
Una parte de las laderas del volcán están cubiertos de bosque. El bosque termina unos 500 metros antes de llegar a la cumbre. Arriba se observan pequeñas fumarolas donde los indígenas realizan ritos religiosos. La vista desde la cumbre es maravillosa, se puede apreciar el lago de Atitlán a través de un mirador.
El Atitlán es un refugio para dos pájaros especialmente raros y hermosos que son especies endémicas de los bosques nubosos de la región. El pavón de cuerno (Oreophasis derbianus) es una reliquia del Pleistoceno de la familia Cracidae que persiste hoy en día sólo en pequeños fragmentos de su hábitat original. Su hábitat se limita a los bosques nubosos por encima de aproximadamente 1650 metros. Este pájaro tiene el tamaño de un pavo y el macho adulto tiene un «cuerno» de color escarlata que se proyecta hacia arriba desde la parte superior de su cabeza. La tangara chiapaneca (Tangara cabanisi) es probablemente la especie con menor diversidad de hábitat en la región. Ocurre solo en elevaciones medias en la Sierra Madre de Chiapas, México y en el occidente de Guatemala.
Referencias Bibliográficas:
- Los Focos Eruptivos Cuaternarios de Guatemala, Otto H. Bohnenberger, Instituto Centroamericano de Investigación y Tecnología Industrial, Guatemala [1]
- ↑ «Atitlan». Programa de Vulcanismo Global. Instituto Smithsoniano. Consultado el 1 de abril de 2017.